Redefiniendo las expectativas sexuales

Es fácil sentirse como si fueras el único que no está viviendo una vida sexual emocionante. Pero la realidad es que nuestras percepciones de la frecuencia sexual están sesgadas y son increíblemente inexactas: la mayoría de nosotros creemos que todos los demás están teniendo mucho más sexo del que realmente tienen.

Es hora de un chequeo de realidad.

La frecuencia con la que una pareja tiene sexo depende de muchos factores diferentes. La edad, para empezar. Cuanto más joven eres, más sexo tienes; lo contrario también es cierto. Esto no es sorprendente: nuestros niveles de hormonas y energía disminuyen a medida que envejecemos. Lo que quizás no te des cuenta es lo rápido que sucede esto.

Los hombres y las mujeres de entre 25 y 35 años tienen sexo un promedio de ocho a nueve veces al mes. A los dos años de estar juntos, esto baja a seis veces al mes. Nuestra frecuencia máxima baja desde una edad muy temprana.

Otro factor crucial que afecta la frecuencia es cuánto tiempo llevan juntos. Un estudio reputado encontró que las parejas tienen sexo 146 veces al año en su primer año juntos. Esto baja a 86 veces en el segundo año.

Qué tan bueno es el sexo cuando lo tienen, cuál es el deseo sexual "reposo" natural de cada uno, qué más está pasando en sus vidas... todos estos factores impactan el deseo. El género también influye. Es cierto que las mujeres pierden interés en el sexo más rápido que los hombres, mayormente porque se aburren del sexo ofrecido, que tiende a estar basado en el coito (y la mayoría de las mujeres no llegan al orgasmo solo con la penetración).

No existe una "norma". Encuentra la frecuencia y el ritmo que funcione para ambos. Si lo que haces te hace feliz a ti y a tu pareja, ¡está funcionando!

No te limites a "encontrar tu normal" con la frecuencia, acostúmbrate a cuestionar todo lo que sabes sobre el sexo. La mayoría de ello simplemente no es cierto.

Si un hombre no está erecto, no está excitado. Si una mujer no está "mojada", no está excitada. Ambos son falsos. Son tantas las cosas que afectan cómo se comportan nuestros genitales que no tienen nada que ver con la excitación. Cuánto estamos hidratados, cuánto hemos dormido, qué pasó en la sesión de sexo anterior, qué medicamentos estamos tomando, cuánto hemos bebido, qué drogas (prescripción y recreativas) hemos tomado. La lista es interminable.

El sexo no significa coito. Cualquier conexión sexual o erótica cuenta como sexo. El coito puede ser el evento principal para él, pero a menudo no lo es para ella. Los "bocados" de sexo, impredecibles y excitantes, como solo besos o solo sexo oral, son infinitamente más emocionantes que un sexo que sigue una fórmula...

El sexo tampoco tiene un principio, medio y final. Aléjate de la ecuación de "preliminares, coito y orgasmo" y tu vida sexual mejorará dramáticamente. No todas las sesiones de sexo tienen que terminar en orgasmo, y no todas las sesiones de sexo deben incluir coito