¿Es el vello corporal normal? ¡Sí!

En Meridian creemos firmemente en la eliminación del estigma del aseo personal y por eso hemos elaborado este artículo. Sabemos que probablemente estés pensando algo parecido a "Aquí hay otra marca que intenta conectar conmigo siendo "guay"", pero confía en que somos grandes partidarios de la elección personal. 

  En este artículo te explicaremos la historia de la depilación corporal desde los cavernícolas hasta nuestros días. No vamos a revelar nada todavía, pero digamos que nos alegramos de vivir hoy en día. Sigue leyendo para aprender todo lo que siempre quisiste saber sobre la depilación a través de los tiempos.

Antiguos comienzos

Si pensamos en el afeitado, probablemente nos remontemos a la realeza de 1400, pero la depilación se remonta a unos 100.000 años antes de Cristo. Los investigadores calculan que, en esa época, los hombres de las cavernas se arrancaban el pelo folículo a folículo con pinzas de piedra o de concha (¡ay!). Sin embargo, hacia el 30.000 a.C., los hombres de las cavernas se dieron cuenta de que podían afeitarse con piedras afiladas. Esto les permitiría tener cuerpos sin vello y evitar que los ácaros y los piojos se posaran en el pelo. También puede que les ayudara en las batallas contra otras tribus, ya que evitaba que se arrancaran y agarraran el pelo. 

A lo largo de los años, el afeitado se convirtió en una práctica habitual en las culturas antiguas, como señala el investigador Reda Attalla

  "La forma de la barba en Egipto y Mesopotamia se desarrolló con el paso del tiempo. A través de la forma de la barba, es posible distinguir entre la raza egipcia, iraquí, libia o siria, el antiguo egipcio distinguía entre un rey y un individuo a través de la forma de la barba. El antiguo iraquí también distinguía entre el escritor asirio y el escritor arameo en cuanto a dejársela crecer o afeitársela, los motivos para dejarse crecer la barba variaban entre ser una medida de: masculinidad y madurez, juicio y autoridad, paternidad y vejez, poder, prestigio, y religiosidad."

En el antiguo Egipto, las mujeres se depilaban todo el vello, incluido el del cuero cabelludo (los hombres también se depilaban el cuero cabelludo y el vello corporal, pero no la barba). Utilizaban la técnica de la pinza de concha marina, así como piedras pómez y depilación con cera de abeja o miel. Sin embargo, esto no se debía simplemente a la vanidad. La eliminación del vello corporal se consideraba más cómoda en el clima caluroso, los piojos eran más evitables y las pelucas -consideradas una necesidad para las mujeres y llevadas por la mayoría de los hombres- sentaban mejor.

La depilación se remonta a unos 100.000 años antes de Cristo.

En resumen, el vello corporal y la forma de afeitarlo tenían mucho significado para los pueblos antiguos, lo que influyó también en la forma en que vemos el vello corporal hoy en día. Nació el factor "asqueroso" del vello corporal y, en los siglos venideros, veríamos diferentes tendencias que detallaban qué vello era aceptable y cuál debía desaparecer. 

Mediados de la historia

Podríamos estar aquí durante horas hablando de los cambios de actitud hacia el vello corporal en todo el mundo, pero somos conscientes de que tú también tienes una vida. Por eso, hemos decidido centrarnos en algunos aspectos destacados entre el mundo antiguo y el siglo XIX.

En el Renacimiento, la frente alta se consideraba el ideal. Como las entradas de la mayoría de las mujeres no empezaban en la coronilla, se depilaban el pelo hacia atrás. Las que no querían afeitarse utilizaban mezclas de vinagre y caca de gato o cal viva (que también solían eliminar la piel). Las cejas se dibujaban y eran bastante finas.

En la Edad Media, el vello se consideraba femenino entre los católicos. En lugar de exhibirlo, las mujeres debían cubrirlo con un tocado, sólo a la vista de sus esposos.

Isabel I se quitó todo el vello de las cejas, lo que puso de moda la ausencia de cejas.

En el caso de los hombres, la barba se puso y se quitó de moda a lo largo de los años. Sin embargo, en el siglo XVI, los protestantes utilizaban la barba para manifestarse contra los católicos, lo que podría explicar por qué el rey Enrique VIII llevaba barba.

La barba pasó de moda a mediados del siglo XVIII con la invención de la maquinilla de afeitar y no volvió a ponerse de moda en Estados Unidos hasta que Abraham Lincoln la lució en la década de 1860. Esto no significa que nadie llevara barba -hemos visto algunas barbas de cordero-, pero la mayoría de la gente consideraba que la barba completa no estaba de moda.

Los pueblos africanos también solían afeitarse; sin embargo, el vello facial solía peinarse de formas específicas para denotar el rango social. Cuando llegaron los traficantes de esclavos en el siglo XIV, se obligó a los africanos a quitarse todo el pelo.

Durante la dinastía Qing, la ley obligaba a los hombres a llevar el pelo a la cola. Para ello debían afeitarse la parte delantera del cuero cabelludo y dejárselo largo por detrás.

El siglo XX

La década de 1900 trajo consigo tantos cambios en el vello corporal, sobre todo en el de las mujeres, que necesita su propia sección. 

Hasta entonces, el vello corporal de las mujeres estaba muy cubierto gracias a las faldas voluminosas y los vestidos de manga larga. De hecho, ver el vello corporal se consideraba un privilegio que sólo debían ver los maridos. No había razón para quitárselo, ya que la mayoría no tenía forma de verlo. El único vello que se quitaban las mujeres era el vello facial no deseado. Estar bien afeitado se consideraba un ideal higiénico; sin embargo, esto no se aplicaba a las mujeres, especialmente en la alta sociedad. Esto cambió en la década de 1910. 

Antes de esa época, los fabricantes de maquinillas se centraban exclusivamente en los hombres. Vendían maquinillas de afeitar que luego había que rellenar con cuchillas. Los hombres más pobres acudían a la barbería para afeitarse una vez a la semana, mientras que los más ricos se afeitaban a diario. Los rostros bien afeitados se convirtieron en sinónimo de riqueza. Sin embargo, los fabricantes de maquinillas de afeitar empezaron a pensar en cómo podían llegar a las mujeres. 

En 1915 llegó la Milady Decollette de Gillette, una maquinilla de afeitar de seguridad para mujeres (con envoltorio rosa), y la respuesta a la pregunta habitual de "¿Por qué empezaron a afeitarse las mujeres?".  La empresa empezó a publicitar que el vello corporal de las mujeres era masculino, antihigiénico e innecesario y que las mujeres debían aspirar a un aspecto "liso". Las mujeres empezaron a cuestionarse su vello corporal, pero muchas siguieron optando por no afeitarse.